El domingo pasado fui a ver la película de World Trade Center. Es una buena película en general. Sin embargo me parece que tiene varios defectos. Si no la has visto, y no quieres saber más de ella, no sigas leyendo.
Por un lado, si bien los personajes centrales están bien delineados, hay personajes que no tienen mucho sentido. De repente aparecen, pero no sabemos quienes son, ni qué los motiva. Como se les da un tratamiento similar al de los personajes secudarios -las familias, por ejemplo- pensamos que también tendrán alguna incidencia de impacto en la trama principal. Pero resultan ser poco más que personajes de utilería: útiles para la secuencia de la historia, pero desechables en última instancia. Poco más que personajes de cartón.
Yo creo que se les da un lugar porque la historia está modelada a partir de sus comentarios. Pero me parece que no son lo suficientemente importantes como para darles el tratamiento que se les dio. Y es que siempre estuve esperando para ver qué participación tuvieron. Y si bien aparecieron e hicieron su parte, en definitiva me decepcionaron en cuanto a cómo se les introdujo de inicio.
Yo creo que pudieron haber hecho algo similar a lo que se hizo en la película Midway (algo antigua, lo sé). En esta película los personajes son introducidos en el momento de la historia donde son relevantes. Se ponen subtítulos en la pantalla para identificar al personaje. Así, los polis de Wisconsin y el soldado de no sé donde pudieron haber sido introducidos en la historia, y yo creo que se les hubiera reconocido igual, o hasta más.
Por otro lado, la película parece ser como una adaptación de las historias de sobrevivencia del Reader's Digest ("El día que cayeron las Torres", sería un título apto). Cuenta la historia linealmente -y fielmente, me supongo. Pero sin emoción, sin muchas ganas; como que todos salieron a trabajar, pero no estaban motivados -me refiero a los de la película, no a los personajes reales. El sargento le dice a su esposa "you kept me alive", pero al menos yo no sentí que así fuera: más bien como que estaba encabronada con ella. A lo mejor lo quiso decir de esa manera; "¡vas a ver, cabrona, como te va a ir cuando me recupere!". O a lo mejor se lo dice solo para hacerla sentir mejor -o hacernos llorar, ¿quién sabe?
El aspecto que creo que quedó corto es el del heroísmo. Porque se supone que estos amigos son héroes, ¿qué no? Pero como aparecen, lejos de ser héroes, más bien son víctimas -víctimas con suerte, ¡de seguro!.Perdieron a sus compañeros, y ellos resultaron gravemente dañados. Esto es cierto. Pero es una cuestión casi al azar. Salieron con vida y eso es lo más que se puede decir de ellos. Claro, no es poca cosa. Pero ¿el heroísmo hoy día se vende tan barato? ¿Soy un héroe porque sobreviví? ¿Así es como funciona? Entonces los que sobreviven cualquier accidente son héroes también? Yo como que me acuerdo que para ser héroe se requería un poco más. A lo mejor estoy mal, no lo sé.
La película tiene un fondo emocional. Y las emociones son poderosas, de seguro. El 9/11 no fue cualquier cosa. Sin embargo, como película de Oliver Stone deja mucho que desear. Yo creo que es de la peorcita de las que ha hecho. Comparada con Nacido el Cuatro de Julio o JFK, nada qué ver. Inclusive, diría que el antihéroe de U-Turn tiene más a su favor que estos pobres amigos. A lo mejor Oliver Stone quiso hacer una película más tranquila, menos controversial. Mejor que las haga movidas y controversiales. Así está en su elemento, y le salen mejor.
viernes, agosto 25, 2006
¡¡¡No Te La Robes, Chirris!!!
No he ido al cine desde enero. Antes de esta racha de sequía cinematográfica procuraba ir al cine cuando menos una vez al mes. Cuando recién salí de la escuela superior iba cuando menos una vez a la semana. Cuando estaba en la escuela superior iba cuando menos dos veces por semana. Las películas que veía entonces no eran de "media noche" -bueno, un par de veces, tal vez tres; curiosamente en Querétaro, en el Cinema 2000 que estaba en Tecnológico casi esquina con Consituyentes, las películas de media noche sí las pasaban a media noche, o al menos muy tarde. Pero yo nunca fuí a esa función. Cuando llegué ver películas prohíbidas fue en el Alameda III.
Me gustaba ir tanto al cine que cuando abrieron el Cinemark Bulevares, entré a dos películas (pagando cada vez, no vayas a creer otra cosa). Luego me fui al Cinépolis y ví otra película adicional. Esa sí fue un poco exagerado. Sin embargo, recuerda que antes las películas las pasaban en doble función. Pasaba por A a las 15:30, entrábamos al cine a las 16:00 y a las 20:00 estabamos dándole vueltas a la plaza. Ni siquiera pensaba mucho en eso. Era estar cuatro horas en la sala de cine. Simplemente así eran las cosas.
Me recuerdo una semana en particular de que fui a ver Superman III tres veces en la misma semana, y vi el Águila Descalza de Fernando Arau unas cuatro veces en dos semanas. Me recuerdo que en la última ocasión que ví la película de Arau, cuando salimos de la sala descubrimos que le habían robado el carro a mi pri -en realidad, era el carro de su novia. Ese carro tuvo mala suerte con las películas. En otra ocasión que fuimos al centro de Los Ángeles al cine, al salir descubrimos que otra vez se lo habían robado. Sí, el carro se lo robaban pero siempre se recuperó; el motor tenía una maña que si no la conocías, se te apagaba el motor; era como una póliza de seguro de recuperación de auto integrada. Pobre carrito, era un Toyota Corolla de a principios de la década de los 1970s.
En la mayoría de mi vida cinéfila, he ido al cine solo. Claro que hubo un tiempo cuando no iba solo, pero para ser sinceros, no me interesaba tanto las películas, sino que estuviera oscurito. Pero no nos desviemos del tema. La razón de que me gustaba ir solo al cine era porque me gusta concentrarme en la pantalla -perderme un poco en la trama y las imágenes que la apoyan. Ir acompañado generalmente implica que el acompañante te estuviera asediando con preguntas "por qué hizo eso", "quién es ese", "qué es lo que va a pasar". Chales.
Sin embargo, confieso que yo también me he quedado perplejo ante algunas cintas. Me recuerdo ver Encuentros Cercanos del Tercer Tipo en mi pueblo. En esos tiempos de hecho había tres cines en el pueblo (ahora hay cero). Pero las películas "de estreno" llegaban en tan mal estado que generalmente estaban "cortadas". "No te la robes Chirris [el sobrenombre del proyectista]" gritaba la gente cuando saltaban las escenas. A veces la rechifla era ensordecedora. Pero a pesar de que se perdieran algunos segundos -e inclusive minutos- de la película, la integridad lineal de la película generalmente se respetaba. No fue el caso del Encuentros Cercanos. La película llegó destazada, con el principio al final, y las escenas salpicadas aparentemente al azar. Fue una experiencia alucinante y sicodélica, y no precisamente por los efectos especiales.
Otra experiencia con una película destazada fue Taxi Driver. Originalmente, vi la película en Los Ángeles en 1975 (más o menos). Pero tenía 10 años, y la violencia de la película me impacto de manera que no puedo describir. De hecho, se me quedó grabada en la mente, aunque no recordaba mucho acerca de lo que ocurría en la historia. Así que cuando se proyectó la película en mi pueblo unos 12 años después, aproveché para verla. Lamentablemente, llegó también totalmente desarreglada. Quedé peor que cuando empecé. Claro que para entonces ya había videocaseteras (y como consecuencia ya solo había un solo cine en activo en el pueblo -pronto también ese cerraría), pero en mi casa no había unidad, ni dinero para comprarla. Ya luego que trabajé y me compré una VHS, compré la película y la vi como seis veces.
Bueno, el caso es que pienso ir al cine. Me acostumbré a ir acompañado, pero voy a recordar mis días mozos y aventurarme solitariamente.
Me gustaba ir tanto al cine que cuando abrieron el Cinemark Bulevares, entré a dos películas (pagando cada vez, no vayas a creer otra cosa). Luego me fui al Cinépolis y ví otra película adicional. Esa sí fue un poco exagerado. Sin embargo, recuerda que antes las películas las pasaban en doble función. Pasaba por A a las 15:30, entrábamos al cine a las 16:00 y a las 20:00 estabamos dándole vueltas a la plaza. Ni siquiera pensaba mucho en eso. Era estar cuatro horas en la sala de cine. Simplemente así eran las cosas.
Me recuerdo una semana en particular de que fui a ver Superman III tres veces en la misma semana, y vi el Águila Descalza de Fernando Arau unas cuatro veces en dos semanas. Me recuerdo que en la última ocasión que ví la película de Arau, cuando salimos de la sala descubrimos que le habían robado el carro a mi pri -en realidad, era el carro de su novia. Ese carro tuvo mala suerte con las películas. En otra ocasión que fuimos al centro de Los Ángeles al cine, al salir descubrimos que otra vez se lo habían robado. Sí, el carro se lo robaban pero siempre se recuperó; el motor tenía una maña que si no la conocías, se te apagaba el motor; era como una póliza de seguro de recuperación de auto integrada. Pobre carrito, era un Toyota Corolla de a principios de la década de los 1970s.
En la mayoría de mi vida cinéfila, he ido al cine solo. Claro que hubo un tiempo cuando no iba solo, pero para ser sinceros, no me interesaba tanto las películas, sino que estuviera oscurito. Pero no nos desviemos del tema. La razón de que me gustaba ir solo al cine era porque me gusta concentrarme en la pantalla -perderme un poco en la trama y las imágenes que la apoyan. Ir acompañado generalmente implica que el acompañante te estuviera asediando con preguntas "por qué hizo eso", "quién es ese", "qué es lo que va a pasar". Chales.
Sin embargo, confieso que yo también me he quedado perplejo ante algunas cintas. Me recuerdo ver Encuentros Cercanos del Tercer Tipo en mi pueblo. En esos tiempos de hecho había tres cines en el pueblo (ahora hay cero). Pero las películas "de estreno" llegaban en tan mal estado que generalmente estaban "cortadas". "No te la robes Chirris [el sobrenombre del proyectista]" gritaba la gente cuando saltaban las escenas. A veces la rechifla era ensordecedora. Pero a pesar de que se perdieran algunos segundos -e inclusive minutos- de la película, la integridad lineal de la película generalmente se respetaba. No fue el caso del Encuentros Cercanos. La película llegó destazada, con el principio al final, y las escenas salpicadas aparentemente al azar. Fue una experiencia alucinante y sicodélica, y no precisamente por los efectos especiales.
Otra experiencia con una película destazada fue Taxi Driver. Originalmente, vi la película en Los Ángeles en 1975 (más o menos). Pero tenía 10 años, y la violencia de la película me impacto de manera que no puedo describir. De hecho, se me quedó grabada en la mente, aunque no recordaba mucho acerca de lo que ocurría en la historia. Así que cuando se proyectó la película en mi pueblo unos 12 años después, aproveché para verla. Lamentablemente, llegó también totalmente desarreglada. Quedé peor que cuando empecé. Claro que para entonces ya había videocaseteras (y como consecuencia ya solo había un solo cine en activo en el pueblo -pronto también ese cerraría), pero en mi casa no había unidad, ni dinero para comprarla. Ya luego que trabajé y me compré una VHS, compré la película y la vi como seis veces.
Bueno, el caso es que pienso ir al cine. Me acostumbré a ir acompañado, pero voy a recordar mis días mozos y aventurarme solitariamente.
miércoles, agosto 23, 2006
Loser
Quién es perdedor? Existen? Sí los hay. Hay gente que va por la vida pensando que -sin importar qué hagan- ultimadamente van a perder. Lo creen porque sus mayores se los hicieron saber desde muy chiquitos. "No sirves para nada". "Eres un burro". "Eres un inútil." Y esperamos que estos niños sean ganadores en la vida. ¿Cómo? ¿De dónde? Si sus padres -las personas que ellos admiran y aman- les dicen esto, y se los repiten sin cesar, ¿qué pueden llegar a pensar?
Las cosas que los padres les dicen a sus hijos. Y para acabarla, ni siquiera son buenos los padres para darles buenos ejemplos. Definitivamente es fácil traer hijos al mundo. Pero ser padres es un trabajo de mucha responsabilidad.
Las cosas que los padres les dicen a sus hijos. Y para acabarla, ni siquiera son buenos los padres para darles buenos ejemplos. Definitivamente es fácil traer hijos al mundo. Pero ser padres es un trabajo de mucha responsabilidad.
viernes, agosto 18, 2006
¿Compasión?
El amor y la paciencia es la fuente de la compasión? Lo escuché por la radio camino al trabajo. Me intrigó el concepto. Por lo mismo, me permito -es mi blog, después de todo- reflexionar brevemente acerca de estos conceptos.
El amor es un tema omnipresente. Escuchamos de él en las canciones "de amor" -que generalmente son de despecho y/o tristeza. Nos decimos amarnos con nuestras parejas. Hasta en los rincones más recónditos, se escuchan la palabra y el concepto del amor. Pero según yo veo, el amor generalmente se usa como sinónimo de pasión, de atracción. En algunos casos, se equivale con sexo. Como yo lo veo, muchas personas entendemos el amor una necesidad de poseer, como un acto egoísta que poco tiene que ver con la otra persona por la que decimos profesar amor. ¿Cuántas veces no hemos sentido amor de la pareja cuando está de acuerdo con lo que pensamos o creemos, pero se amarga ese sentimiento en el momento en el que no se tiene el mismo sentido de armonía? Será que la pregunta eterna es: qué es el amor?
Desde niño he escuchado decir que la paciencia es una virtud; que todo lo bueno se logra con paciencia. Sin embargo, veo muy poca paciencia en la vida diaria. Nuestra cultura y sociedad es una donde se premia la gratificación instantánea. Queremos lo que queremos, y lo queremos ahora! Insisto en que la sociedad está generando una cultura de adolescentes; una cultura donde insistimos en que las cosas deben ser como nosotros queremos, y no se tarden porque hacemos berrinche.
Por otro lado, yo creo que la paciencia no implica pasividad. Pero esa es la imagen que me viene a la mente cuando me dicen "ten paciencia". Ponderando un poco más, creo que paciencia es el atender a las cosas en su ritmo natural. Esperar a que las cosas tomen su curso normal. Como la gestación de un ser humano, hay cosas que simplemente no se pueden apresurar.
Si la compasión es la unión entre el amor y la paciencia, existirá en nuestros días?
El amor es un tema omnipresente. Escuchamos de él en las canciones "de amor" -que generalmente son de despecho y/o tristeza. Nos decimos amarnos con nuestras parejas. Hasta en los rincones más recónditos, se escuchan la palabra y el concepto del amor. Pero según yo veo, el amor generalmente se usa como sinónimo de pasión, de atracción. En algunos casos, se equivale con sexo. Como yo lo veo, muchas personas entendemos el amor una necesidad de poseer, como un acto egoísta que poco tiene que ver con la otra persona por la que decimos profesar amor. ¿Cuántas veces no hemos sentido amor de la pareja cuando está de acuerdo con lo que pensamos o creemos, pero se amarga ese sentimiento en el momento en el que no se tiene el mismo sentido de armonía? Será que la pregunta eterna es: qué es el amor?
Desde niño he escuchado decir que la paciencia es una virtud; que todo lo bueno se logra con paciencia. Sin embargo, veo muy poca paciencia en la vida diaria. Nuestra cultura y sociedad es una donde se premia la gratificación instantánea. Queremos lo que queremos, y lo queremos ahora! Insisto en que la sociedad está generando una cultura de adolescentes; una cultura donde insistimos en que las cosas deben ser como nosotros queremos, y no se tarden porque hacemos berrinche.
Por otro lado, yo creo que la paciencia no implica pasividad. Pero esa es la imagen que me viene a la mente cuando me dicen "ten paciencia". Ponderando un poco más, creo que paciencia es el atender a las cosas en su ritmo natural. Esperar a que las cosas tomen su curso normal. Como la gestación de un ser humano, hay cosas que simplemente no se pueden apresurar.
Si la compasión es la unión entre el amor y la paciencia, existirá en nuestros días?
jueves, agosto 10, 2006
Se hace lo que se puede
Qué puedo decir, la vida es una rueda de la fortuna. Como le decía a mi amiwis, no hay lugar ni situación perfecta. Se hace lo que se puede.
Me siento abrumado, pero no me siento triste. No sé de qué manera las cosas vayan a resultar, pero de cualquier manera, sé que buscaré la manera de salir adelante. Sobre todo, estaré luchando porque mi hijo salga adelante. Porque aquí ya no es de mi o de ti, sino de él.
Me siento abrumado, pero no me siento triste. No sé de qué manera las cosas vayan a resultar, pero de cualquier manera, sé que buscaré la manera de salir adelante. Sobre todo, estaré luchando porque mi hijo salga adelante. Porque aquí ya no es de mi o de ti, sino de él.
viernes, agosto 04, 2006
Departamentos
Les comentaba que se estaba desocupando un departamento en el mismo edificio donde vive mi mamá. En realidad, se están desocupando dos departamentos. La cuestión está en lo siguiente:
Hay un departamento que ya está desocupado. Los inquilinos avisaron apenas hace una semana que se salían y para el lunes pasado ya estaban fuera. Este departamento está en el segundo piso, y tiene ventana con vista hacia el poniente. La vista hacia afuera no es nada del otro mundo. Propiamente, se ve el patio trasero de la propiedad que está a un lado, y la vista está dominada por un enorme árbol que crece en esa lugar. La vista hacia el frente es mucho menos interesante, ya que tiene vista hacia la pared. El departamento no es grande, pero sí más grande que donde vivo con mi mamá. Lo que me preocupaba de ese departamento es el hecho de tener vista hacia el poniente. La razón es porque el sol pega toda la tarde allí, y mi temor es que hiciera demasiado calor. En contra parte, como está en el segundo nivel (en realidad es el tercer nivel, ya que en el primer nivel está el estacionamiento del edificio) le entra la brisa fresca que viene del poniente. Recuerden que este edificio está a unos 5 km del mar, y siempre sopla una brisa por las tardes.
El otro departamento se va a desocupar para el 19 de agosto. Ese es un departamento de dos recámaras. De entrada, no me interesa un departamento de dos recámaras. Sin embargo, hay una situación que me llama la atención. Esta segunda unidad está adjunta al departamento del manager. Hace algunos años (creo que uno o dos), el manager tenía tres recámaras. Pero los dueños decidieron pasar la tercera recámara del departamento del gerente, al de la unidad adjunta. Así, esa unidad pasó de una a dos recámaras. No obstante, el gerente está muy interesado en recuperar esa recámara adicional. Y eso está más en línea con lo que yo busco. Pero déjenme decirles un poco más acerca de esta segunda unidad.
El manager habló con el inquilino actual a fin de que me permitiera dar una mirada. La distribución del departamento es diferente, y tiene la apariencia de ser más pequeño (de allí que a lo mejor los dueños decidieron darle dos recámaras, para compensar). Sin embargo, la recámara se ve más grande. Además, la distribución que tiene me parece más práctica..Solo la sala tiene la apariencia de ser más pequeña. Otro contraste con la primera unidad es que está en el primer piso. El frente da al patio central de la unidad departamental, lo cual significa que está menos aislado (o al menos se siente menos). Y está cerca del cuarto de lavado.
A mi me gustaría mucho quedarme con esa segunda unidad. Ya veremos si me aceptan, y si el gerente logra su cometido de obtener su cuarto adicional. Luego les cuento.
Hay un departamento que ya está desocupado. Los inquilinos avisaron apenas hace una semana que se salían y para el lunes pasado ya estaban fuera. Este departamento está en el segundo piso, y tiene ventana con vista hacia el poniente. La vista hacia afuera no es nada del otro mundo. Propiamente, se ve el patio trasero de la propiedad que está a un lado, y la vista está dominada por un enorme árbol que crece en esa lugar. La vista hacia el frente es mucho menos interesante, ya que tiene vista hacia la pared. El departamento no es grande, pero sí más grande que donde vivo con mi mamá. Lo que me preocupaba de ese departamento es el hecho de tener vista hacia el poniente. La razón es porque el sol pega toda la tarde allí, y mi temor es que hiciera demasiado calor. En contra parte, como está en el segundo nivel (en realidad es el tercer nivel, ya que en el primer nivel está el estacionamiento del edificio) le entra la brisa fresca que viene del poniente. Recuerden que este edificio está a unos 5 km del mar, y siempre sopla una brisa por las tardes.
El otro departamento se va a desocupar para el 19 de agosto. Ese es un departamento de dos recámaras. De entrada, no me interesa un departamento de dos recámaras. Sin embargo, hay una situación que me llama la atención. Esta segunda unidad está adjunta al departamento del manager. Hace algunos años (creo que uno o dos), el manager tenía tres recámaras. Pero los dueños decidieron pasar la tercera recámara del departamento del gerente, al de la unidad adjunta. Así, esa unidad pasó de una a dos recámaras. No obstante, el gerente está muy interesado en recuperar esa recámara adicional. Y eso está más en línea con lo que yo busco. Pero déjenme decirles un poco más acerca de esta segunda unidad.
El manager habló con el inquilino actual a fin de que me permitiera dar una mirada. La distribución del departamento es diferente, y tiene la apariencia de ser más pequeño (de allí que a lo mejor los dueños decidieron darle dos recámaras, para compensar). Sin embargo, la recámara se ve más grande. Además, la distribución que tiene me parece más práctica..Solo la sala tiene la apariencia de ser más pequeña. Otro contraste con la primera unidad es que está en el primer piso. El frente da al patio central de la unidad departamental, lo cual significa que está menos aislado (o al menos se siente menos). Y está cerca del cuarto de lavado.
A mi me gustaría mucho quedarme con esa segunda unidad. Ya veremos si me aceptan, y si el gerente logra su cometido de obtener su cuarto adicional. Luego les cuento.
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