La realidad es que el crédito es la herramienta más potente que la sociedad humana ha inventado. Es la base (¿el secreto?) de la economía y de la interacción exitosa entre desconocidos.
El crédito es esencialmente la confianza que tiene un acreedor de que su deudor le cumplirá las promesas que le ha hecho. Aunque uso una palabra comúnmente asociada con la esfera financiera, la pretendo usar en el contexto más amplio. De ésta forma podría usarse el crédito en los ámbitos sociales, económicos, políticos, etc. En esta forma, el crédito es la credibilidad que tiene cada actor en un ámbito dado, con respecto de las promesas que ha hecho.
Mediante el crédito se obtienen beneficios presentes a cambio de obligaciones futuras El nivel de crédito está relacionado con el cumplimiento o incumplimiento de las promesas realizadas.
De forma similar a como una palanca multiplica la aplicación de una fuerza dada, el crédito multiplica el producto del esfuerzo del individuo, al obtener beneficios que por si sólo no podría haber alcanzado. Es éste uno de las razones por la cuál el crédito es un factor tan importante en la economía y para el crecimiento de las condiciones materiales de la sociedad humana.
Mirando a nuestro alrededor, vemos los efectos del crédito en todos lados. La sociedad humana no podría haber logrado el nivel de condiciones materiales sin el crédito, sin el apalancamiento (nuevamente, en todos los ámbitos, y no sólo en el financiero).
No obstante, podemos prometer más de lo que podemos cumplir, y allí es donde entra la fragilidad (véase, v.gr., La Gran Recesión). El endeudamiento/apalancamiento no es problemático en sí mismo. Se hace problemático cuando ha traspasado el umbral de lo prudente.