Al parecer, en México siguen existiendo los Fraudes Patrióticos. Como en los mejores tiempos de la "Dictadura Perfecta", los operadores mapachistas apuestan a desviar el resultado hacia uno más adecuado a su preferencia, o de plano descalificar el proceso electoral para escamotear a los mexicanos la ejecución de su voluntad democrática. Y no me refiero a que la voluntad democrática sea solo si gana un candidato específico (sea AMLO o Calderón). Me refiero a que el próximo Presidente Constitucional de la República sea quien haya ganado las elecciones, más allá de una duda razonable. Es decir, que sea claro el triunfo, aun si es preciso contar cada voto una vez más. Es lo menos que necesita México en su "incipiente" democracia.
El IFE, después de años de establecer una credibilidad entre los mexicanos que pocas instituciones en México podrían haber presumido, ha caído estrepistósamente en ese rubro. Las atribuciones constitucionales de "CERTEZA, LEGALIDAD, INDEPENDENCIA, IMPARCIALIDAD Y OBJETIVIDAD" (Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Artículo 41, inciso III) están en entredicho.
Es notorio ver cómo el sistema está podrido. Los partidos políticos no desean que se respete la decisión popular. Lo único que quieren es ganar a como dé lugar. ¿Y la Patria? Bien Gracias, mientras 400 mil compatriotas arriesgan vida y melancolía para ir al Norte cada año, porque no hay oportunidades en su propio país.
Nadie se salva. Pinche Sistema Jodido.