martes, mayo 31, 2005

"Ya no te quiero"

Nunca había pensado que me pudiera pasar. Me pareció un sueño, o más bien, una terrible pesadilla. Lo malo es que no estaba dormido, sino plenamente despierto. La reacción inicial es de incredulidad masiva. Sentí una disociación, casi como un viaje astral. Entumido del cuerpo, y sorprendentemente claro de mente, miré con curiosa extrañeza la precaria situación de ese tipo que estaba allí abajo, encorvado y repentinamente envejecido. Alrededor, todo el cuarto me pareció iluminado y sereno. No había sonido alguno, solo paz y tranquilidad. De pronto, como un golpe devastador me dí cuenta que ese tipo era Yo, y que lo que le sucedía no me era extraño sino que me ocurría a Mí. Con un estruendo ensordecedor, mi alma retornó al cuerpo, y las olas enfurecidas de emoción y ansiedad se rompieron bravas, sobre mí. La luz se enturbió, y la penumbra reemplazo a la bella luz de antes. La tormenta arreciaba, mientras tú decías las terribles palabras que sellarían mi destino eternamente.