jueves, mayo 19, 2005

Capitalismo posmilenario

Lo curioso del capitalismo globalista de principios del siglo XXI, es que en su empeño por lograr mayores y mayores ganancias, en efecto han descapitalizado a sus países de origen. Hoy día, el capital busca mejores condiciones (es decir, ganancias más altas) en los países en vías de desarrollo, en particular en aquellos "mercados" emergentes.

Hay dos razones para esto: en primer lugar, las condiciones de explotación tanto de materias primas como del recurso humano son más propicios en estos lugares. Por lo general, las autoridades son más propicias a los proyectos de "inversión directa" o bien más maleables a la "influencia" de las empresas transnacionales. En segundo término, el mismo subdesarrollo de estas naciones implica que sus mercados están en maduración, y por lo tanto representan oportunidades de negocios -comunmente fantásticas- para las organizaciones de capital extranjero.

Mientras tanto, en los países de origen, los trabajadores que hasta ahora se habían beneficiado del desarrollo y sustentabilidad de sus economías prósperas, están enfrentando la situación paradójica de ser víctimas de su propio éxito. Los empleos que se están exportando (junto con el capital) son aquellos que implican trabajo con información. Resulta que un hindú puede hacer el mismo trabajo (o inclusive mejor y con mayor calidad) que su contraparte europeo o norteamericano, pero a un precio mucho más bajo. No obstante, no todos los empleos se pueden exportar. Los empleos que implican servicios personales, o atención presencial, deben permanecer.

Curiosamente, mientras que empleos de infotecnología y manufactura son los que están desplazándose a otros ambientes, el influjo migratorio -legal o no- ocupa espacios o nichos que los propios -del color que sea, no voy a ser tan conejo como el Preciso para decirlo con toda claridad -no pueden o no quieren ocupar.