El camino del sufrimiento es el siguiente: desea intensamente aquello que no puedes conseguir. Luego, insiste en que eso es lo único que te hará feliz. Si eso no es suficiente, entonces sueña con una situación que sea opuesta diametralmente a la realidad actual, con una probabilidad minúscula de cumplirse.
El sufrimiento emocional es directamente proporcional a la intensidad con la cual queremos controlar la vida. Entre más control queremos, más sufrimos. La ausencia de sufrimiento viene de abrir los ojos y entender que el control es una ilusión. Que no podemos controlar nuestro cuerpo, mucho menos la mente ni los cuerpos ajenos. Y mucho menos cuando aquello que queremos controlar está bajo la influencia de miles de factores que son más allá de la voluntad de cualesquier individuo en particular.
Si nuestra insistencia es reclamar aquello que no está en las manos de nadie ofrecernos, entonces la magnitud y perdurabilidad de nuestro sufrimiento está asegurado.
¿Eso significa que uno debe abandonar sueños y aspiraciones? En estricto sentido sí. En un sentido menos estricto, significa en que entendamos que los sueños y aspiraciones son eso, y nada más. Que podemos trabajar duro y aun así nunca ver cumplido ni uno solo de nuestros sueños. Pero aun en ese caso, nuestra vida ha sido valiosa, y podemos gozarnos y disfrutar de la felicidad.
Por eso, debemos de apreciar el hecho de que podemos soñar y trabajar para lograr nuestros sueños. Si entendemos que lo más valioso de cumplir el sueño, no es resultado final, sino el camino que seguimos para obtenerlo, entonces la vida siempre estará llena de alegría y felicidad. Si solo nos enfocamos al resultado, entonces tendremos una de decepciones y desengaños, y mucho -pero mucho- sufrimiento.