martes, abril 05, 2005

Vida y Muerte

La muerte siempre nos sorprende. A pesar de ser una constante en la vida -seguramente hemos sufrido la muerte de parientes, amigos, y conocidos- pasamos la vida como si la muerte no existiera. Todos los días seguimos nuestras insulsas rutinas, esperanzados de escapar algún día de ellas. Y de pronto, sin advertencia alguna, sucede que alguién cercano se muere. Y entonces quedamos pasmados, con un dejo de negación y algo de irritación: "¿cómo pudo sucederme esto?, ¡Y justo ahora!"

La vida es así, se dice comunmente. Pero la muerte nos espanta. Nos espanta más que cualquier otra cosa. La muerte de nuestros seres queridos nos recuerdan de la manera más terrible y repentina acerca de nuestra propia mortalidad. Nuestros días están contadas, y no hay manera de darle vuelta. Nadie sabe el día ni la hora, y esa incertidumbre es lo que más nos apesadumbra.

Muchos tememos tanto a la muerte, que por lo mismo nos sustraemos de la vida. No tomamos riesgos. Vivimos vidas seguras, aburridas, cautelosas. Mientras que un mundo de oportunidades se abre frente a nosotros, nosotros vemos un mundo incierto e inseguro. Es mejor no jugársela, por que podemos perder. En el caso extremo, lo que perdemos es la vida.

Sin embargo, ¿no es cierto que la vida es un proceso incierto de cualquier manera? ¿Quién sabe lo que le espera en el futuro? ¿Quién conoce cual será su destino? Yo creo que nadie puede contestar a esta pregunta y estar en lo cierto. Podemos soñar, y trabajar para que nuestros sueños se realicen. No obstante, la vida puede tener otros planes para nosotros. ¿Y qué? Nada es seguro, excepto la certidumbre de la muerte.

Por eso, propongo que dejemos a un lado el temor de la muerte. Tomemos alegría por la vida. No hay más vida que esta, asi que disfrutémosla. Solo una advertencia, la libertad de vivir, no es igual a vivir en el libertinaje. Más de eso en otra ocasión.