Estoy enojado. Estoy muy enojado. No debería estarlo, pero lo estoy (las cosas no son como deberían ser, sino como son). Y estoy enojado conmigo mismo. Sé cómo salir de esta sensación, como dominar esta emoción, y es relexionando acerca de las causas de mi enojo, qué cosas puedo hacer para resolver el problema de raíz, y actuando para lograrlo.
Esto es más facil decirlo que hacerlo. Casi todo en la vida es así. La cuestión está en la confianza que tienes sobre otras personas. El problema es vivir con buena fé. En realidad, cuando te pones en dependencia con otra persona, y confías en que ese tercero va a cumplir con lo que quedó, con lo que dijo, con lo que tú esperas de él, entonces lo más seguro es que termines como yo. Decepcionado y enojado.
¿Qué hacer? En primer lugar, reconocer que no tiene la culpa la persona que te decepcionó, sino tú mismo por confiar en él. ¿Eso significa que la confianza es algo que se le debe negar a las personas? Yo no lo creo así. Lo que sí es cierto es que uno debe establecer criterios bien claros acerca de las expectativas que uno tiene, y las medidas para saber que las expectativas se van o no a cumplir. Y cuando no se cumplen, entonces es conocer las causas que llevaron a eso. No siempre está en el poder de las personas cumplir con lo que prometieron; no obstante, en muchos casos, sí lo pudieron hacer, y simplemente tuvieron otras prioridades divergentes a las tuyas.
La vida es un riesgo constante, y puesto que ninguna persona tiene la capacidad de hacer cosas por sí mismo, pues entonces tiene que correr el riesgo de la confianza. Por eso mismo, se deben considerar alternativas y contingencias para las ocasiones frecuentes cuando las expectativas no se cumplen. Esto es simplemente una forma de administración del riesgo, y es una alternativa a cerrar los ojos y creer que las personas siempre van a hacer lo que dijeron.
Mi punto es que hay que correr riesgos, pero con los ojos abiertos. Sepamos de una vez que las personas son falibles y que siempre lo serán. Aun las personas más confiables pueden no hacerlo en un momento dado. Esta es la realidad del mundo. Las cosas son como son.
jueves, enero 12, 2006
viernes, enero 06, 2006
El Muro de Humo
En días recientes se ha intensificado la vociferencia acerca de la frontera y las posiciones de los gobiernos de los Estados Unidos, tanto los de la Unión Americana como la de los Mexicanos (ambas naciones se llaman Estados Unidos, ¿qué curioso no?). Por un lado, están los de América que dicen que deben defender la frontera, que hay una invasión silenciosa, que por la frontera se permea violencia y delincuencia, y ni hablar de terrorismo -la Madre De Todos Los Argumentos. Por el lado mexicano, se habla de dignidad hacia los migrante, de racismo y xenofobia, y de que el muro que se pretende levantar es el Muro de la Vergüenza.
Pero yo digo que todo es cortina de humo:
Ciertamente, los Estados Unidos de América están en todo su derecho de tomar las decisiones que más les venga en gana dentro de sus fronteras, sin que otros países tengan que estar diciendo que si sí o que si no. Tienen todo el derecho de hacer cumplir sus leyes, y defenderse de las amenazas -reales o percibidas- que quieran o deseen (siempre y cuando no traspasen los derechos de otros países -"Entre las Naciones como entre los Individuos, el respeto al derecho ajeno es la Paz", diría el Benemérito). De cuando acá no tiene uno ese derecho, por ejemplo, en su propia casa.
Por otro lado, la supuesta muralla a levantarse está en una propuesta de ley aprobada por la cámara baja y que aun tendría que pasar por la revisión y aprobación de la cámara alta, y de la firma del mismo presidente. No digo que no pueda ocurrir, pero la presión interna en los mismos estados unidos es fuerte en contra de este tipo de medidas, por muy diversas razones.
La realidad simple es que la situación económica en los Estados Unidos requiere de mano de obra barata, para llenar posiciones laborales que de otra manera, encarecería los costos de mano de obra, lo cual no es conveniente debido a las presiones que esto tendría al alza en los precios. Y no estoy hablando de posiciones laborales exportables -es decir, del tipo que se puede reacomodar en China o Vietnam, por ejemplo. Entonces, pretender ignorar que la vasta mayoría de la migración ilegal va destinada a llenar estos espacios es miope en el mejor de los casos. En el caso de la delincuencia y violencia, pues en mi humilde opinión la unión americana no tiene de mucho de que presumir.
Por su parte, de cuando acá al gobierno de México le gusta andar metiéndose en los asuntos internos de otro país. Si bien, el actual gobierno Foxista se ha alejado de la llamada Doctrina Estrada que guió durante años la política exterior mexicana, la simple aplicación de la Regla de Oro -haced a otros lo que deseais que se te haga a tí- hace impráctica y estúpida cualquier crítica oficial. Y además pretende cubrir la simple y llana realidad de que si los mexicanos van al norte a buscar trabajo y mejor nivel de vida para sí y sus familias es porque en México no tienen esa posibilidad. Yo creo que son más los mexicanos que -de tener opción- escojerían quedarse en México, que andar migrando a otros lares.
La realidad es que los gobiernos de México -y no solo el actual- se han enfocado más en resolver el problema del gobierno, procurando más ingresos para perpetuarse en el poder, que en resolver el problema para el cual existe en principio, que es procurar las oportunidades para que los ciudadanos tengan oportunidades para crecer y prosperar. En el mejor de los casos, ha sido por ineptitud, en el peor de los casos ha sido negligencia criminal.
Entonces, si bien las muertes de muchos migrantes en la frontera se podría acreditar al hecho de que cruzar la frontera es más dificil hoy día que -por decir, hace 10 años-, tampoco hay que dejar de lado que las condiciones en México (y centroamérica, pero me limito al caso mexicano) son las que los impulsan a correr el riesgo.
Entonces, que no nos vengan rasgándose las vestiduras de ambos lados. Mejor que se pongan a trabajar para resolver el problema de fondo. Los del norte, buscando cómo reconocer la realidad económica-laboral a fin de que la migración que se requiere sea ordenada y legal, y los del sur trabajando para beneficiar a sus ciudadanos a fin de que no tengan que buscar esa opción tan nefasta, y puedan prosperar en su propio país.
En vez de muros, mejor puentes: eso es más de lo que necesitamos. Acá entre nos, me parece algo como una carta a los Santos Reyes.
Pero yo digo que todo es cortina de humo:
Ciertamente, los Estados Unidos de América están en todo su derecho de tomar las decisiones que más les venga en gana dentro de sus fronteras, sin que otros países tengan que estar diciendo que si sí o que si no. Tienen todo el derecho de hacer cumplir sus leyes, y defenderse de las amenazas -reales o percibidas- que quieran o deseen (siempre y cuando no traspasen los derechos de otros países -"Entre las Naciones como entre los Individuos, el respeto al derecho ajeno es la Paz", diría el Benemérito). De cuando acá no tiene uno ese derecho, por ejemplo, en su propia casa.
Por otro lado, la supuesta muralla a levantarse está en una propuesta de ley aprobada por la cámara baja y que aun tendría que pasar por la revisión y aprobación de la cámara alta, y de la firma del mismo presidente. No digo que no pueda ocurrir, pero la presión interna en los mismos estados unidos es fuerte en contra de este tipo de medidas, por muy diversas razones.
La realidad simple es que la situación económica en los Estados Unidos requiere de mano de obra barata, para llenar posiciones laborales que de otra manera, encarecería los costos de mano de obra, lo cual no es conveniente debido a las presiones que esto tendría al alza en los precios. Y no estoy hablando de posiciones laborales exportables -es decir, del tipo que se puede reacomodar en China o Vietnam, por ejemplo. Entonces, pretender ignorar que la vasta mayoría de la migración ilegal va destinada a llenar estos espacios es miope en el mejor de los casos. En el caso de la delincuencia y violencia, pues en mi humilde opinión la unión americana no tiene de mucho de que presumir.
Por su parte, de cuando acá al gobierno de México le gusta andar metiéndose en los asuntos internos de otro país. Si bien, el actual gobierno Foxista se ha alejado de la llamada Doctrina Estrada que guió durante años la política exterior mexicana, la simple aplicación de la Regla de Oro -haced a otros lo que deseais que se te haga a tí- hace impráctica y estúpida cualquier crítica oficial. Y además pretende cubrir la simple y llana realidad de que si los mexicanos van al norte a buscar trabajo y mejor nivel de vida para sí y sus familias es porque en México no tienen esa posibilidad. Yo creo que son más los mexicanos que -de tener opción- escojerían quedarse en México, que andar migrando a otros lares.
La realidad es que los gobiernos de México -y no solo el actual- se han enfocado más en resolver el problema del gobierno, procurando más ingresos para perpetuarse en el poder, que en resolver el problema para el cual existe en principio, que es procurar las oportunidades para que los ciudadanos tengan oportunidades para crecer y prosperar. En el mejor de los casos, ha sido por ineptitud, en el peor de los casos ha sido negligencia criminal.
Entonces, si bien las muertes de muchos migrantes en la frontera se podría acreditar al hecho de que cruzar la frontera es más dificil hoy día que -por decir, hace 10 años-, tampoco hay que dejar de lado que las condiciones en México (y centroamérica, pero me limito al caso mexicano) son las que los impulsan a correr el riesgo.
Entonces, que no nos vengan rasgándose las vestiduras de ambos lados. Mejor que se pongan a trabajar para resolver el problema de fondo. Los del norte, buscando cómo reconocer la realidad económica-laboral a fin de que la migración que se requiere sea ordenada y legal, y los del sur trabajando para beneficiar a sus ciudadanos a fin de que no tengan que buscar esa opción tan nefasta, y puedan prosperar en su propio país.
En vez de muros, mejor puentes: eso es más de lo que necesitamos. Acá entre nos, me parece algo como una carta a los Santos Reyes.
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